martes, 12 de mayo de 2015

Al amor, que sorpresivo, irrumpe en nuestros corazones sumergiéndolos en humedales de dolor o placer...

Ocurrió una vez en el Reino del agua de los sueños. Sentado en la alameda, a la puerta de un bar, solitario. Tras la mágica tormenta de unos besos robados el viejo farol rindió su luz a un sol de medianoche y derrotado la claridad escapó, sin más, de su lado.

Tras la mágica tormenta de unos besos robados,en el Reino del agua de mis lagrimas, del olvido. Tan verdad, nena, como mentira, nena, como te digo....