
Irrumpieron con fuerza en los escenarios. Su éxito en la comarca y en la costa levantina almeriense les propicia la posibilidad de grabar un primer disco, con canciones como Miguel o Good Morning, ésta última se convirtió en un gran éxito, premonición de lo que sería la vida del conjunto en los próximos años, especialmente en los primeros de la década de los 70. Se recorrieron toda España, parte de Europa, cantaron en español, italiano y hasta probaron en francés. Sus letras, las de Esa niña que me mira, Cuando salga la luna, Llorando por Granada o Ana vuelve a casa, llegaron a Latinoamérica. Tras años desde que se retiraron, en agosto de 1998 su pueblo les rindió un merecido homenaje.
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